Acerca de la Regulación del Transporte

Esta medida del gobierno en la cual para un ahorro de combustible en los automóviles restringe el uso de estos en función de las placas (los miércoles circularán los que tengan placas que terminen en números pares, y los jueves los que terminen en números impares), al principio me pareció una buena medida para provocar el ahorro de combustible. Claro, ante una crisis en los precios del petróleo el gobierno necesita una manera de economizar el combustible de manera efectiva para no alzar la factura petrolera. En principio este mandato puede parecer una buena idea (y realmente en teoría pienso que lo es) pero aplicada a la realidad de República Dominicana esta disposición es impracticable.

Lo primero es que esta decisión choca con la constitución de la Republica en el ART. 8 acápite 4, donde habla de los derechos individuales y sociales, dice:

“La libertad de tránsito, salvo las restricciones que resultaren de las penas impuestas judicialmente, o de las leyes de policía, de inmigración y de sanidad.”

Esto quiere decir que una medida como esta dada por decreto seria una violación a la constitución de la República.

Por otro lado, esta medida se ha adoptado en otros países, y puede ser que con buen resultado, pero en un país con un sistema de transporte masivo tan extremadamente deficiente esto no es más que un gran disparate. Si fuera en una ciudad con un sistema de transporte público bien resuelto (como un sistema de metro en toda la ciudad, un sistema de autobuses que funcione) a lo mejor sería algo viable. Pero en cambio, en Santo Domingo tenemos un tétrico y desorganizado transporte público, que no dará abastos a quienes en un día determinado no puedan utilizar sus vehículos. Esos días la ciudad se verá convertida en un caos.

Y si a todo esto le ponemos que los funcionarios públicos y los empresarios no acatarán esta medida (seamos claros, cuál agente de la Amet va a parar a un funcionario del Estado?), estamos viendo que es la propuesta más hipócrita y desacertada que e escuchado (después de cuando a Hipólito se le ocurrió cambiar la hora).

Incoherencias y más incoherencias, por eso es que estamos así, porque a nadie del gobierno parece que se le ocurrió pensar en esto (o si lo pensaron pero ¿hay un interés oculto?).